Presentación del libro Grafías (Rosario)

Presentación libro Grafías (Rosario – agosto 2007)
Por Florencia Molina y Vedia

Este libro es el resultado de un largo proceso que se puede decir que comenzó muy poco tiempo después del la muerte de Carlos Caputto, en marzo de 1995.
Cito parte del prólogo: “el intento de juntar fragmentos desparramados por los rincones de la casa, nuestra casa, fue mi manera de recomponer con retazos, reconstruir un deseo, un latido. Me sumergí varios meses en contradictorios impulsos de fuga y de dar un orden a todo este material caótico, hecho de restos olvidados en cajones, mezcla de sueños e imposibilidades.
Un libro “Discursos interrumpidos” de Walter Benjamín despejó las dudas y me hizo descubrir lo que ya sabía: los variados materiales con los que Carlos trabajaba eran también el soporte de discursos voluntariamente interrumpidos.
Con la serenidad de quien ha encontrado el camino, a las cinco de la mañana de un domingo desparramé sobre una mesa todas las piezas intercambiables de este rompecabezas y armé esta combinación que no es la única, ni la última, es sólo una, la que surgió aquel día”. Esto es lo que escribí en 1997.
Pasaron varios años luego de aquella primera versión que había nacido así, dispuesta a cambiar. Luego cedí a Rapa Carballo la responsabilidad de tomar las piezas del rompecabezas y armar esta nueva amalgama, con la convicción de que sabría interpretar el sentido primordial de este libro. Finalmente Grafías nació materialmente en agosto de 2004, luego de casi 10 años de gestación.
Como primera cuestión confieso que me gusta que sea inclasificable, aunque esto cree algunos problemas porque no encaja en ninguna categoría. Generalmente escucho opiniones ajenas, pero en este caso, cuando presenté mi proyecto de libro, hace ya muchos años, varios “expertos” me sugirieron que hiciera un libro sólo de fotografías, y no hice caso. Me interesó la idea de que este libro no se pudiera encasillar, ¿es de fotografía? ¿es de poesía? ¿es de dibujos?¿quién es el autor?
Como mínimo tiene 3 autores, si no muchos más. Es lo que construimos con Rapa Carballo, el diseñador, a partir de la obra de Carlos. Es muy probable que muchos de los textos, literalmente rescatados por mí, no hubieran pasado el riguroso examen de Carlos.
Tuvo muchos cambios desde la primera versión, aunque siempre mantuvo el concepto de piezas intercambiables. Hasta el día de hoy, si lo tengo que reconstruir mentalmente no recuerdo el orden, tal vez porque la idea de fragmentos fue el impulso con que fue pensado. El libro no tiene una estructura previsible sino que cada vuelta de página es una sorpresa. Esta forma sólo aparentemente caótica, aunque tiene mucho que ver con mi forma de hacer las cosas, es sólo una apariencia.
Estas muchas Grafìas, se traducen en una sola manera de plantarse, de echar raíces. Una forma apasionada que no le teme al dolor, se mete a fondo para transformarlo delicadamente.
Con Carlos compartimos una manera de estar en el mundo, podría decirse “romántica extravagante”, tomo estas palabras de Robert Walser. Sufríamos ataques de felicidad, como los llamaba Carlos, en medio de este nuestro mundo saturado de horrores.
En la presentación que hicimos en el año 2004, Nilda Durante habló de los anclajes, de esa necesidad de Carlos de establecer vínculos amorosos con la vida. Unas ganas de quedarse y, de hecho, se quedó.
En la última Bienal de Venecia se presentó una instalación del chino Yan Zhenzhong. La obra se llama I will die y son diez pantallas gigantescas de video. En decenas de idiomas y decenas de países, breves tomas en primer plano de cientos de personas de todas las edades y condiciones y en las más diversas situaciones que miran a cámara y dicen en blanco y negro lo que todos sabemos pero casi nunca decimos: "Voy a morir".
Estos días imaginé a Carlos recorriendo la Bienal y con su habitual sentido de humor, diciendo: “Yo ya he muerto, y aquí estoy...”
Descarnado, delicado, trabajador, humilde, tierno, trágico, así era Carlos.
Me gusta festejar su existencia.

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